
Estar lejos es como un exilio
un estar sin estar,
un recoger señales,
un no olvidar tu boca de distancia.
Estar lejos es mirarme
y reconocerte
ajena y mía
como la luna,
como el poema que no escribo,
el que se dice con las manos.
¿Cuántas podría ser? ¿De qué lado de la orilla? Sólo cuerpo en espejo de otro cuerpo. Vos sabés. Mujer y más mujer. Andá leyendo.
Callarás, simularás
y tranquilos nos dejarás.
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