martes, 30 de marzo de 2010

PLAYA PARA DOS


Te fuiste de vacaciones con tu amante alguna vez? Yo no. Es la primera.
Y si tu amante oficia también de amiga o viceversa, (no sabés porque en realidad la conociste y se hizo las 2 cosas) Cómo sería? Caerías en la trampa de jugar a la casita y que lo de amante se transforme en algo confundido de amor cotidiano que se autodestruirá en el instante de subir el último bolso para emprender el regreso? Quedarías prendada de esa sensación tan conocida? Prevalecería la amiga cómplice que saca el mapa para ver por dónde vamos? O surgiría la amante desbocada mañana, tarde y noche, porque el aire de mar y la luna en el balcón, y entonces adiós tomar sol y todo eso?
Cada viaje es una aventura de las relaciones y la vida. Nadie sabe qué pasará, cuándo ni cómo. Será seguramente seguir conociéndose, descubriendo, desnudándose. Tal vez las aristas molesten la piel ardida de la playa y pensemos que no fue buena idea. O tal vez sea un encontrarse distinto, lejos de todo y sólo cerca de nosotras.
Valientes amazonas del barajar de nuevo, piratas, bailarinas, hadas, etéreas. Allá vamos y que la vida nos sorprenda.

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